28/10/07

MRJM ---> Comunismo Consejista

El MRJM sigue la interpretacion del marxismo del comunismo de consejos, es por esto que he decidido plasmar en esta entrada las posiciones fundamentales del comunismo de consejos.

Este extracto es del foro de la página del CICA (circulo internacional de comunistas anti-bolcheviques) :



Las posiciones fundamentales del comunismo de consejos

1. El comunismo de consejos considera que la clase obrera se desarrolla como sujeto revolucionario a través de la lucha de clases y, más específicamente, mediante del despliegue de su autoactividad consciente. Es el antagonismo práctico con la sociedad existente en todas sus formas, principalmente frente al capital y frente al Estado como su representante general, lo que mueve al proletariado a despertar sus capacidades subjetivas. Y, en la medida que este antagonismo tiende a agudizarse por el declive del modo de producción capitalista (a causa de sus límites inherentes), estas capacidades subjetivas no sólo tienden a desarrollarse más y a hacerlo más masivamente -impulsadas por la intensificación de la lucha de clases-, sino que también tienden a desarrollar la conciencia proletaria en un sentido comunista-revolucionario.

2. Esto significa que el desarrollo del proletariado como clase revolucionaria exige una forma de actividad individual y colectiva que tenga por fundamento una unidad dialéctica y libre de espontaneidad y organización, pensamiento y acción, desarrollo de las capacidades subjetivas a nivel individual y a nivel colectivo. Sólo de este modo el movimiento obrero adquiere un carácter revolucionario: como movimiento de autoliberación de la clase, a la vez material y espiritual. Esto exige la creación de nuevas relaciones sociales en el mismo movimiento proletario, que se concretan en el surgimiento de nuevas formas de organización que unen lucha revolucionaria y liberación de las capacidades subjetivas.

3. Es la clase obrera la que desarrolla efectivamente todos esos aspectos de su movimiento social, movida por las necesidades concretas de la vida y elevándose, impulsada por esas mismas necesidades, a la comprensión racional del mundo y de su transformación (en particular, elevándose a la comprensión de las condiciones y principios de su autonomia de clase, o sea, del despliegue y estructuración de su autoactividad revolucionaria). En contraposición a ello, todas las fuerzas de la sociedad capitalista se entregan a la labor de frenar esa tendencia a la autonomia y devolver a l@s proletari@s a su estado de seres inertes, inconscientes y manipulables, mercancías para la producción de capital y para la reproducción del capitalismo como un todo. Todas las fuerzas que atacan la unidad dialéctica de la praxis proletaria (ver tesis 2), bien bloqueando su desarrollo, o bien intentando fragmentarla para desvirtuar sus elementos, son fuerzas contrarrevolucionarias.
Las fuerzas del segundo tipo son las más peligrosas, ya que se pueden presentar más facilmente que las primeras como representantes del proletariado. Su táctica no consiste en la negación unilateral de las iniciativas de la clase, sino en su desviación para convertirlas en una fuerza controlada. Para ello destruyen la tendencia espontánea a la unidad colectiva de la praxis, utilizando la jerarquización y la división del trabajo en la organización de la lucha y del movimiento obreros. Este es el caso general de los sindicatos y los partidos obreros cuando aún no se han convertido en puros y simples lacayos del capital y el Estado. La verdadera lucha de clase revolucionaria, o sea, el autodesarrollo del proletariado como sujeto revolucionario, sólo es posible fuera y contra el encuadramiento sindical y partidario.

4. El único modo de vencer esas fuerzas contrarrevolucionarias es, por un lado, mediante el agrupamiento de los proletarios más avanzados en torno a los principios revolucionarios, para difundirlos, desarrollarlos y aplicarlos en la lucha de clases y así impulsar el autodesarrollo del conjunto de la clase. Este es el lado teórico. El lado práctico es que estos principios no han de limitarse a clarificar problema del desarrollo pleno e integral de la autonomia de l@s trabajadores/as (en particular, el problema de las formas de organización), sino que han de plasmarse en la lucha misma y adoptar una formulación eminentemente práctica y concreta, esto es: propaganda por una orientación antagonista de las reivindicaciones proletarias y por la creación de formas de poder proletario estables que hagan frente de modo directo y más o menos abierto al poder patronal y estatal.
El desarrollo de esta táctica, aquí expresada en términos muy generales, no es otra cosa que el devenir revolucionario de la lucha proletaria y sólo puede expresarse prácticamente, y llegar a tener una dimensión masiva, en la forma de un ascenso generalizado del proletariado que desafie la dominación capitalista y cree una situación revolucionaria.

5. El bolchevismo y las demás corrientes pseudorrevolucionarias son el último muro del capitalismo. En el mejor de los casos, podrían servir para desviar temporalmente la lucha proletaria de sus verdaderos objetivos -en el peor, la destruyen hundiendola en una sucesión de derrotas sin salida y entregándola en brazos de las ideologias burguesas (situación actual en muchos o la mayoría de los países)-. El contenido de estas tendencias es la mistificación de la emancipación del proletariado y del modo práctico de realizarla. Su primera característica, pues, es oponerse prácticamente a los principios generales contenidos en las tesis anteriores. Su segunda característica es tener un carácter teórico ideológico, esto es, dogmático y rígido, en lugar de un carácter científico y siempre abierto a la investigación de la praxis histórica del proletariado. Dicho en pocas palabras, su rasgo definitorio es que no buscan la comprensión ni la realización de las formas en que el proletariado puede, a través de la cooperación y de la lucha, desplegar su plena autoactividad.
Entre estas corrientes se encuentra la mayor parte del anarquismo, aunque el anarquismo proletario -el que se originó históricamente con Bakunin y el ala anarquista de la I Internacional- sólamente se encuentre entre éstas a causa de su infradesarrollo y su deformación histórica, mientras que, por otra parte, el bolchevismo no es más que la deformación radical y total del marxismo original.

6. L@s comunistas de consejos no sostenemos ningún dogma al que quisieramos amoldar al movimiento proletario. Lo que defendemos es el libre desarrollo de este movimiento, convencid@s de que será el curso histórico y la maduración a través de la experiencia práctica lo que hará que el proletariado desarrolle su conciencia revolucionaria. Nosotr@s no pretendemos desarrollar esta conciencia por l@s trabajadores/as, sólo difundimos nuestras aportaciones para ayudar a la clase a hacerlo por sí misma, para lo cual el desarrollo de las propias capacidades de l@s proletari@s y su voluntad activa es lo más importante.
Es el movimiento el que, con su acción práctica y su esfuerzo mental, produce su propia conciencia. La teoria revolucionaria es sólo la forma intelectual en que se ha sintetizado esa acción histórica y su función es ser un medio para acelerar y extender el desarrollo de la conciencia comunista a nivel de masas, tanto a través de la discusión y la formación teóricas como a través de su aplicación directa al desarrollo práctico de la lucha de clases. En este último sentido la teoria es también, por supuesto, una guia para la acción, como lo es en general toda forma de conciencia unida conscientemente a la práctica.

7. ¿Qué es el comunismo de consejos? Las ideas generales del comunismo de consejos se encuentran abundantemente expuestas en sus textos clásicos, como Los Consejos Obreros de Anton Pannekoek y otros muchos. Pero lo que verdaderamente importa no es su similitud o disimilitud, a nivel de las ideas abstractas y generales, con otras formas de pensamiento que dicen también revolucionarias. Lo que importa es entender su concepción de fondo, es decir, su forma de pensamiento y su concepción histórico-materialista de la praxis. Entonces se entenderá por qué el comunismo de consejos no es otra cosa que la forma más avanzada hasta ahora del pensamiento revolucionario de la clase obrera y, por lo tanto, capaz de integrar todos los desarrollos positivos alcanzados en el mismo independientemente de sus orígenes o vínculos doctrinales.
Por otra parte, lo determinante para l@s proletári@s conscientes a la hora de elegir entre una u otra corriente de pensamiento, como base para el desarrollo de sus propias conciencias y acciones, depende en realidad de la experiencia práctica y de las aspiraciones prácticas socialmente determinadas. Por eso, los comunistas de consejos no nos dedicamos a la discusión escolástica y doctrinaria, típicamente anarquista, de si "marxismo o anarquismo", ni nos dedicamos a intentar reorientar a los leninistas mostrándoles sus incongruencias en nombre de la adhesión común al "marxismo". En cualquier caso, quienes no estén satisfechos con la praxis de las corrientes de pensamiento político existentes, probablemente encuentren en el comunismo de consejos una forma más acorde con sus aspiraciones y un nuevo punto de partida. Lo que queremos es desarrollar el pensamiento revolucionario vivo y esto es lo que para nosotr@s significa llamarnos "comunistas de consejos", retomando la heréncia de los consejistas anteriores.

Roi Ferreiro, 19.07.2005.

1 comentario:

Unknown dijo...

el engrane esta dando vueltas...